Cómo todo empezó
Como aventurero que ha pasado los últimos 20 años viajando, uno de los lugares donde me siento como en casa, sin importar dónde esté, es alrededor de una fogata, tomando una copa y compartiendo historias. Ser capaz de crear algo que pueda explorar este concepto de comunidad y ese sentido de unión que surge cuando estás sentado alrededor de una fogata, ya sea literal o metafóricamente, tiene sus raíces en el compromiso mutuo como especie en este planeta. Y esto, sentimos, era algo realmente especial.
El Mezcal es un descubrimiento, no es algo que se da en bandeja. Tenía este atractivo para mí: la procedencia de la planta, su relación con el suelo y la tierra, el ahumado, la artesanía. Cuando uno empieza a investigar, se da cuenta de que existe esta increíble herencia e historia. Siento que hay algo realmente mágico cuando se está haciendo el agave y se está cavando ese hoyo, creando ese fuego, sentado y esperando durante días; la paciencia inherente al proceso te permite conectarte realmente. Todavía me fascina hasta el punto en que me he obsesionado con él, y esa es la razon por la cual producimos nuestro mezcal hoy.
Maestro mezcalero Don Fortino
Tenía un verdadero amor por México y su cultura, artesanía, herencia y la profundidad de todo. Por eso, inevitablemente, pasaba mucho tiempo allí y conocí a muchos amigos. Fortino y su familia me conmovieron mucho cuando nos conocimos. Tuvimos un vínculo instantáneo. Me encanta el hecho de que cada vez que uno llega a casa de Fortino, uno se siente en familia, se come y comparten historias antes de nada.
Si se trabaja en sociedad con la naturaleza, se produce algo brillante. Y eso es exactamente lo que hace Fortino porque lo hace con tal intencionalidad de respetar la planta y el oficio: proviene de la tierra, de sus manos, de su mente, de su pasión, de su creatividad, de su ingenio, de su entusiasmo. Tenemos un compromiso compartido y decidimos que hariamos algo juntos que fuera significativo para los dos.
Nuestros mezcales
La curiosidad es una emoción humana, similar al amor o al miedo. Es fundamental para cómo hemos evolucionado como especie, y es la esencia que une a los bebedores de mezcal. Cada uno de nuestros mezcales tiene un perfil distinto y activa esta curiosidad. Un sorbo te invita a buscar la historia detrás de la planta y su viaje. Algunos de estos agaves han crecido durante más de 10 años, unos 12 años y algunos de ellos 25 años. Piensa en todas las historias que ha vivido una sola de estas plantas. Cuando un agave era una semilla, ¿qué estaba pasando en el mundo entonces y cuánto tiempo ha tenido para absorber toda esta curiosa energía que flota alrededor de nuestro planeta?
Cofundador thor bjorgolfsson
Thor siempre tuvo la visión de combinar negocios y sustentabilidad. Cuando le expresé por primera vez esta idea de The Lost Explorer Mezcal y lo que podríamos hacer juntos, dijo: “”Quiero hacer algo en lo que me reeduque, en lo que esté aprendiendo constantemente””. Ese es el tipo de socio con el que uno desea trabajar. Es alguien a quien siempre he admirado, su capacidad para hacer las cosas de manera diferente y no tener miedo de adentrarse en lo desconocido. Esa es la verdadera esencia de un Explorador: alguien que abre su caparazón que abarca su comprensión y se adentra en un lugar que los hace sentir incómodos. Desaprender es una parte muy importante de cómo se aprende.
Enfoque a nuestra práctica
Esta historia trata sobre la creación de un destilado sustentable. Necesitamos más calma ahora en nuestras vidas. Es bueno reflexionar y mirar la conectividad entre nosotros y entre la naturaleza y nosotros. Al hacer mezcal, se está lidiando con el umbral de la naturaleza, lo que lo hace realmente emocionante porque la estructura ya está creada para uno. Solo hay una cantidad limitada de agave y una velocidad tal a la que puede crecer, así que uno tiene que trabajar dentro del ritmo de la naturaleza.
Nuestro desafío y oportunidad es mostrar que se puede construir un negocio sustentable que respete la artesanía, la cultura, la gente, el planeta y unir todo esto para compartirlo colectivamente a través de nuestra comunidad, ya sea que sea alguien que esté suministrando en cualquier paso de este intrincado proceso, alguien que nos está ayudando a cultivar y realmente hacer el mezcal, o alguien que es parte de la comunidad en general, saboreando la hermosa narrativa del mezcal. Nuestro entusiasmo e intencionalidad de no solo producir algo que sea bueno para consumir sino que también sea bueno para el planeta fluye por toda la empresa.
Cuando bebo mezcal, siempre siento que el mezcal es una gota de lluvia en un desierto. Tan pronto como el líquido golpea su espíritu, de repente lo desbloquea todo. Elimina todas las trampas negativas de la modernidad con su hermosa y evocadora energía. Viene de la tierra y lo regresa a uno a la tierra en un ciclo completo, y lo deja a uno caliente como el fuego en el que se cocinó la piña.